Aino Marsio Aalto, arquitecta finlandesa, falleció en 1949 con cincuenta y cinco años. Muchos conocen al que fue su marido y compañero, Alvar Aalto. Pero muy pocos saben de la trayectoria de esta mujer tranquila, amante del diseño de objetos y de muebles, de la arquitectura, del arte vanguardista y de la educación montessoriana, casi siempre –por propia voluntad- a la sombra de “la luz del norte”. Así llamaron a su esposo, por incorporar la luz del Mediterráneo (a donde viajaron juntos) en sus diseños. S. Giedeon, historiador y amigo de la pareja dijo de Aino que era “plácida como los lagos y las selvas finlandesas de las que procedía; y también activa, aunque de la manera que sólo las nórdicas sabían serlo...”
Alvar y Aino trabajaron y se enamoraron y vivieron juntos y juntos diseñaron. ¡Qué difícil hacer todo eso juntos y seguir juntos! ¡Qué difícil compaginar estudios, trabajos, niños y viajes! Pero ella era tranquila, y a la manera de las mujeres de su época, permaneció detrás, no quiso significarse mucho y aún así los expertos reconocen sus diseños y su buen hacer arquitectónico en la primera época altiana.
La Villa Mairea, una de las obras más conocidas de la pareja, además de ser un proyecto emblemático de la modernidad, donde se combina el vernaculismo y la tradición -a través de las formas orgánicas y de los materiales – con la esencia más pura del funcionalismo de vanguardia, es compleja en sí misma. Pareciera que está orquestada por varias manos. Y así es, porque además de ellos, también participaron muy activamente el matrimonio Gullischen propietarios de la casa. Complejidad, superposición de distintas ideas en distintos lugares, composición por partes dando un bellísimo resultado repleto de matices, todo ello resulta obvio al pasearse por las distintas estancias de La Villa Mairea.
El Pabellón de Finlandia en la Feria Mundial de París (1937), la Biblioteca de Viipuri (1928-34), El Sanatorio Antitubeculoso de Paimio (1929) son sus trabajos más significativos realizados juntos. Sin contar con la compañía Artek (Arte+Técnica) que produce y vende muebles hasta la fecha y fue su trampolín de lanzamiento a nivel internacional...
La desaparición de Aino marca un punto de inflexión en la vida personal y profesional de Alvar Aalto. Según Tafuri: “Desde 1945 fue ajeno a toda demanda programática y sólo intentara desarrollar un lenguaje ya formado claramente a finales de los años treinta.”
domingo, 1 de agosto de 2010
AINO MARSIO AALTO
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No sabía que había muerto tan joven.
ResponderEliminar¿Sabéis de qué y cómo murió?
Murió de cancer, la pobre. Muy joven y prácticamente hasta el final no se enteró Alvar, no le dijo nada (él entonces creo que estaba en EEUU)...
ResponderEliminarGrande Aino !!! al lado de un grande, tuvo que aportarle mucho
ResponderEliminaral maestro Aalto.