viernes, 20 de junio de 2014

LA NUEVA GENERACIÓN DE ARQUITECTAS ESPAÑOLAS III

La generación perteneciente a  la Escuela de Madrid, creada entre los años 80 y el año 2000, está formada por excelentes arquitectas que -al igual que ocurre en Cataluña- suelen trabajar con sus compañeros, formando estudios con  equilibrio compartido y buen hacer arquitectónico, combinando la profesión con la enseñanza. 

Así ocurre con las parejas Beatriz Matos y Alberto Martínez-Castillo; Fuensanta Nieto y Enrique Sobejano; Lucía Cano y José Seglas o Sol Madridejos y Juan Carlos Sancho.

Hay cada vez más arquitectas que trabajan independientemente, entre ellas se encuentran las jóvenes María Auxiliadora Gálvez e Izáskum Chinchilla.




María Auxiliadora Gálvez es una poeta del espacio que ha planteado, para el Ayuntamiento de Córdoba, una propuesta de viviendas diferentes a la orilla del Guadalquivir. Su intención -al ganar el premio Europán- fue provocar emociones a través de los sentidos, con un proyecto rompedor de “forma y fondo”. Quería que el resultado fuera como pasear por un bosque, y los edificios, como árboles; como vivir en un nido”. El resultado fueron unas viviendas sociales distintas, una especie de contenedores topológicos en la ribera del río, a los que en Córdoba apodan “los gusanitos”. “Nadie entendía qué era aquello, pero ahora se comenta que tengo unas viviendas preciosas y me preguntan cuándo estarán terminadas. El desarrollo resulta difícil, pero no pueden pedirme que en un contenedor meta una vivienda convencional”, dice Gálvez con una guardería hecha en Madrid y que ahora trabaja con Izabela Vieczorek.



Izaskun Chinchilla defiende su derecho a opinar sobre la existencia de una arquitectura femenina. Yo creo que hay un diseño que es dialogante, abierto, sensible socialmente y que deja opciones al usuario. Y otro tipo de arquitectura que es impositiva. Y el talante femenino está más cerca de lo primero”. De currículum amplio y ganadora de multitud de premios, a pesar de su corta trayectoria ya que termina la carrera en el 2002, aún tiene poca obra construida. Ha intervenido como conferenciante o como comisaria en más de 60 foros especializados, universidades e instituciones. Como arquitecta, reivindica para su profesión un compromiso fuerte con la innovación y en sus proyectos propone ejercicios de multidisciplinaridad, a través de la ecología, la sociología o la ciencia; así su arquitectura se distancia del discurso estilístico y se reencuentra con la complejidad de la propia vida.




Beatriz Matos y Alberto Martínez Castillo, llevan en la brecha algo más de tiempo (desde 1985). Además de dar clase de Proyectos en la Escuela de Arquitectura y en la Universidad Europea de Madrid, el equipo ha construido, entre otras, una “Fábrica en Oñate”, viviendas en Basauri, Móstoles y Vallecas (Madrid), el Centro de Día y Parque del Casino de la Reina en Lavapiés y  tienen varios premios Europán, así como el Andrea Palladio de arquitectura. En 1998 ganaron aex equo con Moneo la “Ampliación del Museo del Prado aunque no llegaron a realizarlo, a pesar de ser -para el jurado- la mejor de las propuestas. En la actualidad trabajan en sistemas basados en modelos de permutación, esperando construir equipamientos que permitan una mayor libertad creativa, con propuestas en concursos para auditorios, museos y espacios públicos.


Fuensanta Nieto y Enrique Sobejano (1957) se conocieron en la Universidad de Columbia haciendo ambos un Master. Juntos dirigieron durante cinco años la revista Arquitectura y juntos abrieron un despacho que, a fuerza de ganar concursos, se ha especializado en edificios culturales. Aseguran que esa cercanía con la cultura los ha llevado a replantearse la idea del contenedor no intervencionista con la que no están de acuerdo. En Las Palmas han realizado  El Museo del Mar”, en San Sebastián, la remodelación del Museo de San Telmo”,"El Museo Interactivo de la Historia en Lugo”, “El Centro de Arte” o “El Museo de Medina Zahara en Córdoba”, -entre otros-. Nieto asegura que las influencias entre su socio y ella son mutuas a la hora de proyectar. “Las obras las dividimos, aunque a algunas siempre vamos los dos”.